miércoles, 26 de septiembre de 2007

Hay que repasar la noción de peatonal

Por Luis J. Grossman

Aquellos lectores que siguen esta columna desde hace años pueden atestiguar que el tema de la peatonalidad fue tratado en forma reiterada hasta el punto de parecer tendenciosa. Como un dato sólo referencial, 12 años atrás, el 27 de setiembre de 1995, se publicó "Envidia de un porteño en Mendoza", y poco después, "Peatones del mundo, ¡uníos!"

En días recientes tuve la sensación de que entre nosotros todavía no se ha asimilado la noción de lo peatonal. El sábado último, se pudo leer en LA Nacion un título tan insólito que su lectura causaría hilaridad en sociedades con una módica cultura urbana. Quieren regular cómo caminar por calles peatonales , rezaba el encabezado, y a continuación aclaraba: multa para quien no vaya por la derecha.

La iniciativa lleva la firma del diputado porteño Abelardo García, y revela el ya aludido desconocimiento del significado de lo que conlleva la idea de peatonalidad. Lo que no resulta raro en una ciudad que, a pesar del ponderable desarrollo de sus espacios públicos, de la creación relativamente cercana de varias arterias peatonales, sólo exhibe esa calificación con propiedad en muy pocos casos: el área de la Recoleta, frente a la iglesia del Pilar; la cuadra de la Diagonal Norte, entre Cerrito y Libertad; la nueva configuración de Tres Sargentos y la curva de Enrique Santos Discépolo. Ni Florida ni Lavalle son calles peatonales, sólo se pueden denominar corredores para caminantes o, como los definí años atrás, autopistas para peatones.

Para ser claros

El que quiera observar con claridad a qué me refiero como lo opuesto al concepto de peatonal puede acercarse a la cuadra de la calle Lavalle comprendida entre 25 de Mayo y Leandro N. Alem. En ese segmento se eliminaron las veredas, se armó una escalera y el resto sigue la pendiente original que salva el desnivel entre las dos arterias mencionadas. No hay bancos ni plantas, ni el mobiliario mínimo para considerar esa cuadra como parte de una calle peatonal. Con una mínima preocupación proyectual se pudo dotar a ese sitio de características de lugar urbano, con plataformas escalonadas a modo de áreas de descanso, encuentro y conversación, incluso aptas para servir como miradores hacia la zona costera.

Por el contrario, lo único que se tuvo en cuenta -en coincidencia con el criterio expuesto ahora por el legislador mencionado- es la función de circular, nada más. Y si nuestro cronista se traslada a una de las zonas antes citadas como ejemplos de auténtica peatonalidad, comprobará los atributos que justifican esa denominación. Y se los podrá explicar al diputado García: libertad de circular o estar parado, pasear o vagar a la deriva sin rumbo fijo, mirar vidrieras, sentarse a descansar, a leer o a tomar algo, solo o acompañado.

Me imagino qué pasaría si se dispusiera en la Plaza San Marco, en Venecia, una regulación que estipulara caminar solamente por la derecha; o en la Via Condotti, en Roma, o mucho más cerca, en la calle Córdoba, en Rosario. Por favor, tratemos de no caer en el ridículo.

Fuente: La Nación, miércoles 26 de Septiembre de 2007.-

martes, 18 de septiembre de 2007

Buenos Aires desfigurada

Por Max Seitz

Las torres amenazan las casas coloniales que identifican a Buenos Aires.
Buenos Aires, la ciudad con fachadas de arquitectura diversa, parece estar perdiendo sus señas particulares por el avance implacable de modernas e insípidas torres.
En la capital argentina hay miles de casas coloniales, o del siglo XIX y principios del XX con estilos que van desde el clásico italiano o francés hasta el inglés.
Pero muchas de estas construcciones, que representan uno de los mayores atractivos de la ciudad, corren el riesgo de desaparecer.
Cada mes se demuelen decenas de viviendas que testimonian el pasado arquitectónico de Buenos Aires para dar lugar a edificios de apartamentos de ocho plantas o más.
Esto se debe al auge de la construcción en Argentina, un sector que -según las autoridades- está creciendo a un ritmo anual del 16% gracias a la reactivación económica que ha experimentado el país en los últimos años.
Pero hay otra razón: la falta de regulaciones y mecanismos ágiles para evitar "sacrificios" edificios.
"Preocupación"
La arquitecta Graciela Toranzo Calderón, de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de Buenos Aires, explica a BBC Mundo que actualmente hay más de 1.400 edificios protegidos en la ciudad, sobre todo en el casco antiguo.
¿Pero qué ocurre con las numerosas casas particulares situadas en los barrios más densamente poblados de la capital argentina, como Palermo y Caballito, que están siendo reemplazadas por torres?
"En los últimos tres años se han destruido 500 viviendas antiguas para levantar torres parecidas a las de cualquier otra ciudad del mundo".
Gustavo Desplats, Proto Comuna Caballito
"La preocupación existe", dice Toranzo Calderón. "Pero no es tan sencillo encontrar una solución, porque se requiere una ley para proteger cada una de las viviendas. Y esto puede demorar hasta dos años".
"Los tiempos de tramitación de un expediente son diferentes al ritmo de la construcción, que avanza rápidamente. A veces no llegamos a evitar una demolición".
Toranzo Calderón admite que "posiblemente hubo falta de previsión" en la política de protección del patrimonio arquitectónico de los barrios porteños, pero lo justifica afirmado que la idea de preservación es "relativamente nueva".
El lado positivo
Quienes trabajan en el sector de la construcción afirman que las torres contribuyen a modernizar la ciudad, además de dar empleo a miles de argentinos, y algunos vecinos coinciden con ellos.
"Me parece bien que la arquitectura se vaya renovando. Aquí había casas muy viejas, llenas de ratas y con peligro de derrumbe", comenta a BBC Mundo Carlos, un residente de Caballito, antes de entrar al edificio nuevo en el que vive.
Pero no todos piensan lo mismo en este barrio situado en el centro geográfico de Buenos Aires.
Gerardo Allegretti, dueño de un kiosco, opina: "Por supuesto que uno tiene que vivir el ritmo de la época, pero también hay que preservar aquello que es valioso por su arquitectura para dejarles algo a nuestros hijos y nietos".
Protestas
"Se requiere una ley para proteger cada una de las viviendas. Y esto puede demorar hasta dos años". Graciela Toranzo Calderón, Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural
En los últimos tiempos Caballito ha sido escenario de varias protestas tanto por la construcción de edificios altos en terrenos que antes ocupaban bellas casas como por el deterioro de la calidad de vida.
Allí una organización llamada Proto Comuna Caballito lucha por preservar la identidad barrial ante el desenfreno del mercado inmobiliario.
El coordinador del grupo, Gustavo Desplats, vive en una casa de estilo Tudor que construyó su bisabuelo a principios del siglo XIX y que con el tiempo ha quedado atrapada entre dos torres de apartamentos, como tantas otras viviendas de la zona.
Desplats dice que todas las semanas recibe ofertas de compra tentadoras por su inmueble, aparentemente para reemplazarlo por un edificio de varias plantas.
Pero confiesa que las ha rechazado porque quiere que, al pasar, los vecinos vean una fachada "agradable a los ojos".
"Caballito es un típico barrio de clase media que todavía tiene casas de calidad con diversidad de estilos, y eso se está perdiendo", advierte.
"En los últimos tres años se han destruido 500 viviendas antiguas para levantar torres sin ninguna particularidad arquitectónica en el exterior, es decir, parecidas a las de cualquier otra ciudad del mundo".
Calidad de vida
La reactivación económica ha estimulado la construcción en Argentina. Según Desplats, la construcción sin control de edificios altos no sólo tiende a "borrar" la identidad del barrio, sino que además deteriora la calidad de vida de los vecinos, porque las redes de agua potable y cloacas son sometidas a una demanda extra para las que no están preparadas.
Protestas por dificultades en los servicios públicos llevaron a que, a fines del año pasado, el gobierno de la capital argentina suspendiera por tres meses nuevos permisos de obras en Caballito y otros cinco barrios porteños.
Dicen que las callecitas de Buenos Aires "tienen ese no sé qué".
Pero los especialistas advierten que algunas de sus particularidades podrían perderse si la ciudad sigue creciendo descontroladamente hacia arriba y, sobre todo, pisando los escombros de valiosas casas antiguas.

Fuente: BBC Mundo

lunes, 17 de septiembre de 2007

¿Preservación o construcción?

Editorial del Diario La Nación de Buenos Aires del Lunes 17 de Septiembre de 2007.-

Urbanistas y ciudadanos que aman ciertas fisonomías peculiares de nuestra ciudad defienden la preservación del aún riquísimo patrimonio arquitectónico porteño, amenazado por el auge de la construcción y las consiguientes demoliciones que esa tendencia provoca. Mientras no sea tomada una decisión al respecto y no se la haga respetar a rajatabla, habrá que seguir resignándose a ser testigo impotente de la paulatina desaparición de irreemplazables testimonios de la historia urbana.

La discusión no es nueva. Comenzó, es probable, cuando en pleno siglo XIX el intendente Torcuato de Alvear dispuso demoler la antigua recova que cortaba en dos la Plaza de Mayo y horadar las manzanas ubicadas entre las calles Rivadavia e Hipólito Yrigoyen (Victoria, en aquel entonces) con objeto de darle su traza a la Avenida de Mayo. Continuó con la apertura de la entonces denominada avenida Norte-Sur (hoy, 9 de Julio), postergada por causa de esas discusiones hasta después de la edificación del Obelisco y la plaza de la República.

Más tarde, esa controversia se posó sobre el destino del Barrio Sur, o sea San Telmo y Monserrat. Y ahora se ha extendido a Recoleta, donde grupos de vecinos se han movilizado para impedir la desaparición de petit hoteles de la más acentuada concepción francesa; a Caballito, cuyos residentes abominan de los edificios torre y defienden las casas de una o dos plantas, y a otras zonas en las cuales también se aspira a mantener la fisonomía netamente barrial.

Tan dilatada cuestión se explica porque las normas que rigen la preservación nunca han sido claras, concretas ni de alcance generalizado para todos por igual. Entretanto, las autoridades y los funcionarios no se preocuparon en exceso por promoverla: al contrario, prevalecieron la indolencia y las interesadas excepciones a sus términos.

No se trata, por cierto, de oponerle trabas al progreso. Sí, de encuadrarlo en términos de razonabilidad que tengan en cuenta, por ejemplo, que la diversidad de estilos arquitectónicos -un auténtico "catálogo", se ha sabido decir- es uno de los mayores atractivos de esta Buenos Aires que, hoy por hoy, está segunda en el cuadro de las posiciones de las preferencias del turismo mundial.

Desde la declaración de la autonomía de la ciudad se ha ido demorando de un año para el otro el tratamiento legislativo y, por ende, la aplicación definitiva del Plan Urbano Ambiental, que debería estar vigente desde hace varios años. Tampoco han sido aplicadas a conciencia las normas vinculadas con esta cuestión, lo cual ha dado como resultado la falta de una escala de valores preservables unificada y, en su marco, qué se debería preservar y cómo hacerlo.

Nuestro patrimonio arquitectónico, al igual que el de cualquier otra parte del país o del resto del mundo, forma parte no sólo de la cultura sino de la memoria colectiva. Dejar que se vaya deteriorando o, peor, que sea destruido, como ocurre en la actualidad, equivale a conspirar contra la integridad de ese acervo que, de por sí, ya ha sido muy maltratado por desidias incomprensibles y desconocimientos casi siempre interesados.

Hasta la Legislatura local se ha conmovido por esta cuestión para nada intrascendente. Por lo menos dos proyectos, suscriptos por Fernando Caeiro y Jorge Enríquez, respectivamente, se han ocupado de ella. El primero aboga por la declaración de emergencia patrimonial de la ciudad, por el término de 365 días, y la suspensión de las demoliciones de inmuebles cuyos planos estén registrados antes del 31 de diciembre de 1941; el segundo, entretanto, promueve la suspensión del derribo de los edificios que figuran en el inventario del Ministerio de Cultura porteño. Se trata de dos iniciativas sensatas y atendibles. Bien merecerían, pues, ser tenidas en cuenta para dar pie a un debate abierto, desinteresado, documentado, totalizador y, por supuesto, definitivo.

Nueva York, sin ir más lejos, cuenta con alrededor de 30.000 -o más- inmuebles protegidos. Abundan en todo el mundo los ejemplos de áreas urbanas íntegras sometidas a rigurosa preservación para mantenerlas como testimonios de una época o una situación determinadas.

Nuestra ciudad ha sido beneficiada con la posesión de un patrimonio arquitectónico tan rico y abundante que hasta ha podido capear con cierto éxito muchísimas décadas de destrucciones y abandonos.

Es probable que la solución pase por ese punto medio en el cual reside la virtud. No se trata de invalidar el progreso ni, mucho menos, de plantear trabas a la industria de la construcción de viviendas. Sí, en cambio, de que ésta no se desarrolle a tontas y locas, aceptando claras reglas de juego e incluyendo el análisis pormenorizado de cada proyecto, realizado con anterioridad a cualquier clase de demolición, a fin de que los testimonios valiosos de nuestro pasado sigan en pie y se les evite el riesgo de convertirse en apenas un melancólico recuerdo.

Fuente: La Nación

martes, 4 de septiembre de 2007

El patrimonio cultural de Buenos Aires

No se cuida lo que no se quiere.

Por Sonia Berjman

El problema del patrimonio en Buenos Aires es complejo. Siempre debemos considerar que empezamos a puntualizar desde el segundo ítem en importancia, pues el primero obviamente no lo podemos arreglar así nomás y es el estado del patrimonio humano. No hay nada de menor valor en nuestra comunidad hoy en día que la vida humana. La inseguridad, la marginalidad, la pobreza y sus consecuencias no sólo afectan directamente a las víctimas sino que también afectan el patrimonio.
El patrimonio es la herencia que toda generación recibe de sus mayores. Es tangible e intangible. Pero no existe uno sin el otro. Y finalmente el círculo se cierra cuando, por ejemplo, uno ve a los cartoneros separar la basura contra una de las fuentes de la 9 de Julio o a los homeless armar campamentos en las plazas públicas, y eso es pérdida de patrimonio tangible e intangible. No puede ser que haya turistas que vienen a Buenos Aires y son llevados a conocer una villa miseria y a "almorzar""con una familia con las necesidades básicas insatisfechas. Como tampoco puede ser que venga un turista de un país "civilizado" y sea atacado por piqueteros que cortan el tránsito de las calles. No tenemos más placas de bronce y sí muchas esculturas mutiladas, porque el poder de turno no interviene en el tráfico ilegal del metal. Estos y muchos otros ejemplos nos muestran como una ciudad es un entramado que refleja -material e inmaterialmente- el estado de una sociedad.
La falta de legislación, de conocimiento, de transparencia y de control (con premios y castigos) ha hecho de Buenos Aires una ciudad sucia, contaminada visual y acústicamente, cuyos parques y jardines están muriendo (baste observar el estado del Parque 3 de Febrero, nombre que se escribe con número porque es una fecha); cuyo espacio público es bastardeado por comerciantes inescrupulosos, por ciudadanos irrespetuosos o desesperados (ahora es común ver a personas hacer sus necesidades íntimas en las calles); cuyos funcionarios tienen un discurso perverso (denuncian el estado negativo de las cosas pero ellos mismos son los responsables, no actúan como debieran y se escudan detrás de esas denuncias).
Hay, además, un abuso de poder y de altanería inconcebibles en funcionarios que cobran un sueldo que les pagamos los contribuyentes para que cuiden nuestro patrimonio.
Los organismos creados para ello están ausentes: ¿dónde está la Comisión Nacional de Museos , Monumentos y Lugares Históricos cuando se avasallan Monumentos Históricos Nacionales directamente dependientes de ella como las plazas San Martín y de Mayo? ¿Dónde está la Dirección de Patrimonio del Gobierno de la Ciudad cuando se arruina por ignorancia la casita del Botánico o cuando se re-adoquina la Avenida de los Incas "pegando" los adoquines en vez de colocarlos sobre cama de arena? Se me dirá que la Dirección no tuvo injerencia en esos hechos. Entonces... ¿porqué se margina a una dependencia creada ex profeso? ¿Por qué hay infinidad de dependencias municipales que tienen el poder de intervenir en la ciudad sin tener en cuenta su patrimonio?
¿Por qué el Gobierno de la Ciudad asfalta o pavimenta arterias porteñas con un nivel superior al de las veredas y provoca inundaciones con cada lluvia? ¿Dónde está la legislación que debiera haber sido escrita por la Legislatura porteña para proteger a un barrio entero como era el homogéneo Palermo Viejo y que hoy es una serie de comederos instalados en otrora casas de familia sin el más mínimo respeto por su estilo? ¿Dónde está el sentido común y lo que dicta el conocimiento de la materia en la restauración del Teatro Colón por dentro, pero no su entorno con la magnífica plazoleta perdida, obra de Meano y Thays? ¿Por qué no se dice a la población que se efectúan todas estas obras con fondos provenientes de préstamos que luego tenemos que devolver todos los contribuyentes? Las preguntas pueden ser infinitas y la respuesta es siempre la misma. Reitero: por ignorancia de los funcionarios nombrados a dedo, por falta de legislación, por total ausencia de control, por corrupción en funcionarios que sí saben lo que tienen que hacer y no lo hacen para cuidar su puestito, por la trama siniestra de la burocracia argentina.
Otro fenómeno actual directamente derivado del abuso de poder radica en que algunos funcionarios se creen unos iluminados para intervenir en el cuerpo de la ciudad a su antojo. Por ejemplo, en los arreglos que se están efectuando en la Avenida 9 de Julio. La Nación se ha hecho eco en sus Cartas de Lectores de las palabras de un vecino que acertadamente indica que, aún antes de ser inaugurados los arreglos, los canteros con plantas propias de un jardín privado y no público ya se encuentran arruinados. Le agrego: ¿que haremos en una ciudad con las temperaturas que tenemos en verano con esa cantidad de metros cuadrados de baldosas blancas? Parece ser que es la última moda: proliferan las baldosas blancas por muchos sitios de la ciudad. Respuesta: ¡nos asaremos! ¿Alguno de los funcionarios de obras públicas estudió el proyecto original de la Avenida 9 de Julio y sacó alguna conclusión? ¿Algún profesional-funcionario estudió la historia material de Buenos Aires o siguió algún curso de patrimonio arquitectónico y urbano? ¿Si así fue, por qué no aplica lo que aprendió? Hay profesionales muy preparados en el tema pero no actúan como debieran ¿por qué? ¿no pueden, no los dejan, o qué pasa?
El problema de la Plaza de Mayo y del centro histórico de la ciudad es de suma importancia. La Plaza de Mayo no es exclusivamente de los porteños. Es de todos los argentinos. Un niño de la Puna y otro de la Patagonia se sienten hermanados por la legendaria imagen del 25 de Mayo de 1810, por el Cabildo, por la Casa Rosada. Es decir: la Plaza de Mayo y el centro histórico son bienes patrimoniales tangibles de la Ciudad de Buenos Aires pero tienen un valor intangible colectivo para todos los argentinos. No puede un funcionario "iluminado" encargar intempestiva y arbitrariamente a un profesional un proyecto de remodelación o solicitar un concurso de arquitectura para la presentación de proyectos de "reciclaje".
La Plaza de Mayo pertenece a 36 millones de argentinos. No es posible remodelarla sino que hay que restaurarla. El desconocimiento de la propia historia de la plaza y de las luchas vecinales por su conservación lleva a decisiones unilaterales. Durante el siglo XIX e inicios del XX, paralelamente a la programación de los actos conmemorativos del Primer Centenario Patrio hubo -al igual que hoy en vísperas del Segundo- propuestas faraónicas de transformación de la Plaza Matriz. Todas fracasaron por la oposición tenaz de aquéllos a quienes hoy consideramos los fundadores de la conservación del patrimonio nacional. Estos proyectos pueden leerse en el libro "La Plaza de Mayo. Escenario de la vida argentina".
La imagen que vive en el inconsciente colectivo argentino desde hace cuatro generaciones es casi la de la Plaza de Mayo actual (la remodelación de Carlos Thays cuando la apertura de la Avenida de Mayo). La conservación del patrimonio debe atender no sólo al bien en su estado primigenio sino a la memoria colectiva. Se debe hacer un balance entre todos los elementos y tener el suficiente equilibrio mental como para decidir consensuadamente las mejores soluciones y no imponer arbitrariamente la "solución personal" porque se está en época de elecciones o para demostrar el poder de algún funcionario.
Hoy, asistimos azorados a la presentación de dos proyectos de remodelación de la Plaza de Mayo. Los dos son descabellados, no tienen asidero científico ni consenso social. En vez de trabajar positivamente para la preservación de nuestro patrimonio cultural, los ciudadanos conscientes debemos actuar como bomberos apagando incendios. Mientras tanto, las vallas de "protección" del gobierno nacional; las manifestaciones salvajes; el vandalismo, la falta de cuidado, control y mantenimiento; la falta de respeto y de educación elementales; la falta de promoción correcta del turismo, nos están dejando una Plaza de Mayo devastada, sucia, intransitable, en fin, la antítesis de lo que debiera ser.
Si se quiere prohibir el tránsito vehicular en la zona de la Plaza de Mayo... eso no determina que deban levantarse las calzadas y embaldosar todo (¿de nuevo con baldosas blancas?) a la manera de las plazas municipalistas españolas (ver el libro "La Plaza Española en Buenos Aires"). Ni tampoco colocar minibuses que recorran su entorno como caballitos de una calesita. Si el Gobierno Nacional tiene "miedo" de trabajar en la Rosada... eso no se arregla rodeando al edificio con un jardín donde nunca lo hubo y arruinando la ya bastante arruinada Plaza Colón. Si el Ministerio de Defensa quiere un estacionamiento... eso no se hace bastardeando a la Plaza Colón como se hizo hace tantos años. Todo eso se arregla de otra manera: con estacionamientos bajo nivel, con educación de la población, con políticas enérgicas de protección de los bienes públicos, teniendo otros espacios propicios a la protesta en sitios no tan sensibles al patrimonio... en fin, es cuestión de utilizar el pensamiento lateral y no siempre lo primero que viene a la mente que generalmente implica destrozar lo existente para construir algo peor.
Los argentinos nos especializamos en copiar la última moda de ultramar... con retraso. ¿Por qué no estudiamos la situación actual de otros centros históricos para ayudarnos a determinar lo más conveniente para el nuestro? París es la ciudad que más turismo recibe en el mundo. Hoy, es el resultado de la política iniciada hace muchas décadas por el legendario Malraux que comenzó por limpiar y restaurar los monumentos. Los turistas van en busca -primordialmente- de autenticidad (uno de los parámetros de la UNESCO para determinar el valor patrimonial de un bien). Los turistas no van a visitar una ciudad porque ha sido "modernizada", porque está sucia, porque no se puede transitar por la acción de los piqueteros, porque no se puede oír por el altísimo nivel de ruido, porque no se pueden ver sus edificios debido a la proliferación de carteles de todo tamaño y diseño...
Y, paradójicamente, el Gobierno de la Ciudad pretende presentar a los retazos de otrora, a algunos enclaves particulares, como Patrimonio de la Humanidad.
¿Por qué no se pone a trabajar y a gastar esos recursos financieros y humanos en reparar al menos lo que queda? ¿Porqué no empezar una campaña de comportamiento social urbano? ¿Porqué no llamar a todas las fuerzas sociales a llevar adelante un plan bien programado, consistente y científico? Simplemente porque ese plan no existe, a pesar de los organismos que deben ocuparse de ello.
Recuerdo sólo dos frases señeras de nuestro pasado: "Educar al soberano" y "Argentinos a las cosas" ...
No se cuida lo que no se quiere. No se quiere lo que no se conoce.

SB

La autora es Historiadora de las Artes y Doctora en Filosofía y Letras (Universidad de Buenos Aires), Doctora de Historia del Arte en la Université de Paris I Panthéon- Sorbonne, Vicepresidenta del Comité Científico Internacional "Jardines Históricos y Paisajes Culturales" de ICOMOS, investigadora y docente.
Ver su nota Historia y poética de los jardines en el número 30 de café de las ciudades.
La página Web de Sonia Berjman contiene publicaciones, enlaces y entrevistas sobre historia, ciudad y paisaje.
Sobre el Turismo bizarro en Buenos Aires, ver la nota en el número 33 de café de las ciudades.
Sobre los piqueteros, ver la nota de Carmelo Ricot en el número 15 de café de las ciudades.
Sobre el barrio porteño de Palermo, ver las notas La preocupante boludización de Palermo Viejo y El Nuevo Orden Palermitano, ambas de Carmelo Ricot, en el número 28 y 35 de café de las ciudades, respectivamente, y también en el número 35 La transformación de Palermo Nuevo, Pacífico y el eje de Juan B. Justo – Int. Bullrich, de Daniela Szajnberg y Christian Cordara.
Sobre Plaza de Mayo, ver las notas La transformación del espacio representativo, de Adriana Ciocoletto, y Mi Buenos Aires querido... (cuando yo te vuelvo a ver), de Mariela Iglesias, en el número 9 de café de las ciudades.
Sobre la invasión publicitaria al espacio público porteño, ver la serie de notas sobre "el Cartel de Buenos Aires" en café de las ciudades: la nota original del número 12, la carta de Pablo Morejón en el numero 16, y en el número 27 El más inmundo Cartel de Buenos Aires, sobre el anuncio de Ford frente al Obelisco que "ganó" el premio a las malas prácticas urbanas cdlc de 2004.

Fuente: "Café de la Ciudades" - año 5 - número 44 - Junio 2006
http://www.cafedelasciudades.com.ar/

sábado, 1 de septiembre de 2007

Glosario

Glosario

Autenticidad

Es un factor cualitativo esencial en relación a la credibilidad de las diferentes fuentes de información que existen al interior y al exterior de una obra que pertenece al patrimonio cultural. Carta de Venecia 1964 y Documento de Nara, noviembre 1994

Bien Cultural Inmueble

La consideración de bienes inmuebles corresponde a los elementos que puedan considerarse consustanciales con los edificios y formen parte de los mismos o de entorno o lo hayan formado, aunque en el caso de poder ser separados constituyan un todo perfecto de fácil aplicación y otras construcciones o a usos distintos del suyo original, cualquiera que sea la materia de que estén formados y aunque su separación no perjudique visiblemente al merito histórico o artístico del inmueble al que están adheridos. Ley española de Patrimonio Histórico 16/ 1985, art. 14.1.

Bienes Culturales

Son los objetos materiales y inmateriales, tangibles e intangibles, en los cuales se denota un valor cultural, ya sea por su significación histórica, artística, religiosa, arqueológica, arquitectónica, científica, etc. Los Bienes Culturales pueden ser Tangibles e Intangibles, Muebles e Inmuebles.

Bienes Inmuebles

Se refiere a una manifestación material imposible de ser movida o trasladada: una obra arquitectónica, una calle, un puente, un viaducto, etc.

Bienes Muebles

Son manifestaciones materiales, elementos u objetos que pueden ser movidos o trasladados, por ejemplo un cuadro, una lámpara, una escultura, etc.

Bienes Tangibles

Son aquellas manifestaciones sustentadas por elementos materiales como la arquitectura, el urbanismo, la artesanía, la orfebrería, etc.

Conjuntos Históricos

Son las agrupaciones homogéneas de construcciones urbanas o rurales que sobresalgan por su interés histórico, arqueológico, artístico, científico, social o técnico, con coherencia suficiente para construir unidades susceptibles de clara delimitación. Ley andaluza del patrimonio histórico. 1/91.

Conservación

Actitud y conjunto de actividades (refuncionalización, reintegración, puesta en valor, etc.) tendientes a mantener, cuidar y salvaguardar un bien cultural con el objeto de lograr que se prolongue su permanencia en el tiempo.

Consolidación

Incorporación de elementos tendientes a evitar la de un bien mueble destrucción, parcial o total de un bien, mueble o inmueble

Patrimonio Arquitectónico

El patrimonio arquitectónico esta constituido tanto por aquellos edificios monumentales y singulares, como por aquellos modestos y sencillos que caracterizan y dan identidad a los barrios y a la ciudad. Son parte indisoluble del origen y de la memoria física de un pueblo.

Preservación / Prevención

Acción que implica poner a cubierto anticipadamente un bien cultural, para evitar su daño, deterioro o destrucción. No define un modo particular de intervención, y puede entenderse como sinónimo de conservación, pues al igual de este termino, no define un tipo de intervención física sobre el elemento.

Puesta en Valor

Término que engloba a varios otros, ya que implica una serie de intervenciones posibles para dotar a la obra de las condiciones objetivas y ambientales que, sin desvirtuar su naturaleza, resalten sus características y permita su óptimo aprovechamiento. Básicamente, la conservación y la restauración son operaciones que conllevan a la puesta en valor, pudiendo serlo también la refuncionalización

Reciclaje

Operación destinada a poner en condiciones, un bien cultural inmueble, para reiniciar un nuevo periodo de vida útil.

Reconstrucción

Existe acuerdo general entre los especialistas respecto a que una "nueva construcción" de un objeto producto de un tiempo anterior lleva a equívoco. Esta "renovación" es inaceptable cuando existe una construcción anterior, total o en partes ya que, si se quiere reunir estas partes, se debe recurrir a la reintegración, y si se pretende introducir algún elemento nuevo, será una integración.

Recuperar

Se entiende por recuperación al conjunto de operaciones tendientes a recobrar al edificio, aprovechándolo para un uso determinado. Se trata de un termino equivalente a rehabilitar, difundiendo con mayor anterioridad por los italianos (recupero) y se diferencia de éste pues el retorno al uso original no es una condición forzosa de esta acción.

Refuncionalización

Volver a poner en funcionamiento un bien cultural, especialmente en lo que hace a sus funciones vitales o esenciales. La refuncionalización no implica un necesario cambio de actividades o funciones del bien.

Rehabilitación

Volver a poner en funcionamiento o en eficiencia un edificio, conjunto o ciudad. Equiparable al termino "reparación", por su aplicación a cualquier objeto - sea este de valor patrimonial o no - etimológicamente el termino rehabilitar esta compuesto por la particular "re" y la voz latina "habilis" (hábil, capaz), y equivale a dar capacidad, idoneidad y aptitud para un fin determinado. algunos autores definen rehabilitar como "habilitar a nuevo un edificio haciéndolo apto para su uso primitivo". en este aspecto, existe cierto consenso respecto a que lo que se devuelve al objeto es su función original o primigenia, diferenciándose de la recuperación y la refuncionalización.

Reintegración

Restitución en su sitio original de partes desmembradas de un objeto, para asegurar su conservación. Un ejemplo concreto es la anastilosis.

Restauración

Operación especial de conservación que se realiza físicamente sobre el objeto cultural, destinada a salvaguardarlo, mantenerlo y prolongar su permanencia para trasmitirlo al futuro. La restauración equivale a la realización de obras especificas, siempre basadas en evidencias ciertas. Obras que deben detenerse o dejarse de lado, cuando comienza el terreno de la hipótesis. Cesare Brandi por su parte define la restauración como "el momento metodológico del reconocimiento de la obra de arte en su consistencia física y en su doble polaridad estética e histórica, con el objeto de transmitirla al futuro". Los cuatro tipos de intervenciones físicas de restauración aceptadas por la Carta de Venecia son: liberación, consolidación, reintegración e integración.

Valoración

Existen diversas formas de conocer en Bien y valorarlo, aunque por lo general los criterios básicos, bajo los cuales podemos analizarlos, responden al grado de interés que estos tengan, desde los siguientes:
- histórico – social – testimonial.- artístico – arquitectónico – urbano.- paisajista – ambiental.
Muchas veces un Bien reúne uno o varios valores (histórico, estético, económico, social, simbólico, etc.). Amayor valor asignado, mayor será la responsabilidad de conservarlo y no desvirtuarlo, para que en el futuro continúe siendo un testimonio, como lo es para nosotros y lo fue para nuestros antepasados.
Un pueblo que no se reconoce así mismo es un pueblo vacío.

Valor Económico

Significa además de la valoración económica tradicional, el valor que un edificio histórico posee relacionado con sus características constructivas y su emplazamiento, además de otros valores económicos:
1- Su mayor o menor capacidad de adaptación a otros usos.2- Su reconocimiento a escala barrial, municipal o nacional efectuados por organismos gubernamentales y no gubernamentales locales y extranjeros.3- Su estado de conservación, nivel de deterioro, grado de autenticidad.4- Su calidad de construcción y técnicas constructivas originales.

Valor Estético – Arquitectónico

El valor estético se relaciona con la percepción que tenemos del lugar a través de la forma, la escala, el color, la textura, el material, incluyendo los olores y sonidos que están vinculados al sitio y su utilización. El valor arquitectónico se relaciona con el estilo y la calidad de diseño, las formas, los usos, y los tipos de materiales. Cuando presente cualidades destacables a lo referente a:
a- Calidad espacial: en volumétrica, proporciones, recorridos.b- Calidad formal: en estilo, composición, coherencia hipológica, figura, color, textura.c- Calidad funcional: coherencia espacial, uso correcto de los locales, confort.d- Calidad técnico constructiva: integración de servicios, iluminación, drenajes, soluciones técnicas espaciales, uso de materiales, economía de recursos.

Valor Histórico – Testimonial o Simbólico

Significa un lugar que ha sido influenciado por un evento, personaje etapa o actividad histórica. Los edificios históricos son testimonios vivientes que se precisa destacar, conservar, recuperar o procurar darles nuevos usos para integrarlos al presente. Estos valores son importantes a nivel local (el barrio), regional (la ciudad) o nacional (el país) y sirven para la afirmación de la identidad de un lugar.

Valor Simbólico

Cuando posea cualidades representativas o evocativas con las que:- se identifica la comunidad, generando sentimientos de pertenencia, arraigo u orgullo. - sea identificada la comunidad, por su proyección o imagen en un ámbito mayor.

Fuente: Dirección General de Patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires
http://www.dgpatrimonio.buenosaires.gov.ar/

viernes, 31 de agosto de 2007

Dictamen sobre proyecto de ordenanza de preservación del patrimonio de Concepción del Uruguay

Por José Antonio Artusi

En primer lugar, cabe saludar como positiva y pertinente la iniciativa de procurar una normativa municipal que propenda a la preservación del patrimonio de la ciudad de Concepción del Uruguay.

No obstante, creemos necesario puntualizar algunas observaciones que surgen del análisis del proyecto que se nos envía:

1.- El proyecto debería considerar la pre-existencia del Código de Edificación, y del Código de Ordenamiento Urbano, en especial los capítulos referidos a la protección del patrimonio urbano; a los efectos de evitar innecesarias y eventualmente perjudiciales superposiciones normativas. También debería tenerse en cuenta los análisis, relevamientos, diagnósticos y propuestas elaboradas en experiencias previas de planificación del desarrollo urbano, tales como el Plan de Ordenamiento Urbano, la Reformulación del mismo, y el Plan Estratégico de Concepción del Uruguay.
2.- Del análisis de las ordenanzas que dan origen a los mencionados códigos, deberían surgir las eventuales omisiones detectadasy/o disposiciones a modificar, quitar, o agregar; de modo de obtener un texto que articule con coherencia las relaciones entre una norma y otra.
3.- Evaluamos como positiva la intencionalidad de la norma propuesta de crear un programa de gestión de la preservación del patrimonio, en sentido integral, más allá de las necesarias restricciones al dominio y demás disposiciones estrictamente normativas y de procedimiento usuales en este tipo de reglamentaciones.
4.- Organismo de aplicación: debiera, a nuestro entender, definirse claramente un único organismo de aplicación, evitando la superposición de roles que puedan llegar a diluir responsabilidades. No surge claramente la conveniencia de incluir en dicho organismo de aplicación a un concejal de cada bloque, dado que se trata de un organismo propio del Departamento Ejecutivo Municipal, con funciones específicas, diferenciadas de aquellas del Honorable Concejo Deliberante.
5.- Debe tenerse en cuenta, vinculado con el punto anterior, que la autoridad de aplicación del Código de Ordenamiento Urbano (en adelante, el COU), y por ende de su Capítulo VII (Distrito de Protección Histórico-Patrimonial), es la Secretaría de Desarrollo Urbano, hoy inexistente con esta denominación, habiendo pasado sus funciones y competencias a la Secretaría de Obras Públicas. El COU, a su vez, contempla la creación de una “Comisión Asesora”, y – en el ámbito de ésta – de una “Subcomisión de Preservación”. No queda claro si el “Consejo Consultivo” mencionado en el artículo 5º es el mismo órgano que la “Comisión Asesora”. Debiera unificarse, a efectos de evitar confusiones, la denominación, composición, y funciones de esta comisión.
6.- De todos modos, nos parece necesario proponer la creación de un organismo ejecutivo específico, la Oficina Municipal de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano; que cuente con el asesoramiento de la Subcomisión de Preservación de la Comisión Asesora. Cabe sugerir analizar la posibilidad de cubrir por medio de un concurso la designación del responsable de la oficina cuya creación se propone.
7.- Esta Oficina debiera acometer como primera tarea la elaboración y actualización de un completo inventario y catálogo del patrimonio arquitectónico y urbano, a través de personal especializado, y con la utilización de fichas especialmente diseñadas al efecto, que puedan dar lugar a su publicación y divulgación a través de diversos formatos: libro, publicaciones periódicas, CD, página web, videos, etc..
8.- Con respecto a la metodología a utilizar para la obtención de acuerdos que legitimen y fortalezcan la vigencia real de la futura norma, nos permitimos sugerir la implementación de un proceso breve y acotado de planificación participativa. Este debería contemplar etapas a cumplimentar en el corto plazo, y estar limitado a la temática en cuestión, pero procurando que se inserte de la manera más armoniosa posible en la visión global de futuro que tengan los distintos actores sociales de la ciudad. Las actividades concretas en el marco de este proceso ya estarían cumpliendo parcialmente muchos de los objetivos buscados, tales como crear conciencia acerca de la importancia de la preservación y protección del patrimonio, divulgación, etc.. A su vez, permitiría hacer confluir en un mismo escenario de participación los diversos enfoques de los sectores más comprometidos y vinculados a las cuestiones técnicas propias de la problemática que nos ocupa; así como contar con el aporte de especialistas que puedan brindar su experiencia en el abordaje del tema en otras localidades.
9.- Si bien el texto del proyecto se refiere de manera amplia al patrimonio “cultural, histórico, documental, arquitectónico, urbanístico y ambiental”; el “catálogo oficial” propuesto en el Artículo 7º se limita a un listado de edificios. Amén de que de cada uno sólo se brinda la denominación, y se omiten demás datos, lo que en algún caso puede llevar a confusión, cabe señalar que este catálogo se superpone con el registro que se crea en el punto 7.3. (“Bienes catalogados”) del Código de Ordenamiento Urbano. Debe apuntarse también que este punto establece que “para su conformación se elaborará una lista exhaustiva de inmuebles, objetos y espacios de interés patrimonial, completando en todos los casos una ficha que permita homogeneizar la información sobre los mismos”. Por otra parte, podría evaluarse la posibilidad de ordenar el catálogo o registro que surja como resultado de una compatibilización de las normas existentes y las propuestas, a través de la introducción de criterios de clasificación de los edificios, tales como los que se utilizan en el Plan de Ordenamiento Urbano, u otros que se consideren más apropiados: edificios institucionales, educativos, comerciales, industriales, de servicios públicos, viviendas, espacios verdes, etc..
10.- Creemos necesario generar un debate acerca de la necesidad de encontrar mecanismos que – sin prescindir de las habituales restricciones al dominio de los bienes de valor patrimonial – introduzcan herramientas novedosas que, con realismo, y dentro de las reglas del mercado capitalista pero apuntando siempre al bien común, propendan efectivamente a la preservación y conservación del patrimonio. No es un dato menor, por ejemplo, señalar la evidencia que muchos inmuebles históricos, dentro del DPH, permanecen ociosos, deteriorándose como consecuencia de su falta de uso, y no consiguen atraer compradores, dado el escaso interés de los potenciales inversores precisamente por la falta de incentivos que la normativa vigente supone (ver fotos adjuntas). Experiencias innovadoras y exitosas como la de Curitiba, entre otras en el extranjero y en el país, deberán ser analizadas a los efectos de encontrar comunes denominadores que puedan ser adaptados para su adecuación a la realidad local.-



José Antonio Artusi
Jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Planeamiento – FAU / UCU
Profesor Adjunto de la Cátedra de Historia de la Arquitectura I – FAU / UCU

CARTA INTERNACIONAL SOBRE TURISMO CULTURAL

LA GESTION DEL TURISMO EN LOS SITIOS CON PATRIMONIO SIGNIFICATIVO

Adoptada por ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios),en su XII Asamblea General. México, 1999.

INTRODUCCION El Espíritu de la Carta

En su más amplio sentido, el Patrimonio natural y cultural pertenece a todos los pueblos. Cada uno de nosotros tiene el derecho y la responsabilidad de comprender, valorar y conservar sus valores universales.
El concepto de Patrimonio es amplio e incluye sus entornos tanto naturales como culturales. Abarca los paisajes, los sitios históricos, los emplazamientos y entornos construidos, así como la biodiversidad, los grupos de objetos diversos, las tradiciones pasadas y presentes, y los conocimientos y experiencias vitales. Registra y expresa largos procesos de evolución histórica, constituyendo la esencia de muy diversas identidades nacionales, regionales, locales, indígenas y es parte integrante de la vida moderna. Es un punto de referencia dinámico y un instrumento positivo de crecimiento e intercambio. La memoria colectiva y el peculiar Patrimonio cultural de cada comunidad o localidad es insustituible y una importante base para el desarrollo no solo actual sino futuro.
En estos tiempos de creciente globalización, la protección, conservación, interpretación y presentación de la diversidad cultural y del patrimonio cultural de cualquier sitio o región es un importante desafío para cualquier pueblo en cualquier lugar. Sin embargo, lo normal es que cada comunidad en concreto o grupo implicado en la conservación se responsabilice de la gestión de este patrimonio, teniendo en cuenta las normas internacionalmente reconocidas y aplicadas de forma adecuada.
Un objetivo fundamental de la gestión del Patrimonio consiste en comunicar su significado y la necesidad de su conservación tanto a la comunidad anfitriona como a los visitantes. El acceso físico, intelectual y/o emotivo, sensato y bien gestionado a los bienes del Patrimonio, así como el acceso al desarrollo cultural, constituyen al mismo tiempo un derecho y un privilegio.
Esto conlleva la responsabilidad de respetar los valores del Patrimonio Natural o Cultural, así como los intereses y patrimonios de la actual comunidad anfitriona, de los pueblos indígenas conservadores de su patrimonio o de los poseedores de propiedades históricas, así como la obligación de respetar los paisajes y las culturas a partir de las cuales se ha desarrollado el Patrimonio.

La Interacción dinámica entre el Turismo y el Patrimonio Cultural

El Turismo nacional e internacional sigue siendo uno de los medios más importantes para el intercambio cultural, ofreciendo una experiencia personal no sólo acerca de lo que pervive del pasado, sino de la vida actual y de otras sociedades. El Turismo es cada vez más apreciado como una fuerza positiva para la conservación de la Naturaleza y de la Cultura. El Turismo puede captar los aspectos económicos del Patrimonio y aprovecharlos para su conservación generando fondos, educando a la comunidad e influyendo en su política. Es un factor esencial para muchas economías nacionales y regionales y puede ser un importante factor de desarrollo cuando se gestiona adecuadamente.
Por su propia naturaleza, el Turismo ha llegado a ser un complejo fenómeno de dimensiones políticas, económicas, sociales, culturales, educativas, biofísicas, ecológicas y estéticas. Se pueden descubrir numerosas oportunidades y posibilidades conociendo la valiosa interacción existente entre los deseos y expectativas de los visitantes, potencialmente conflictivas, y de las aspiraciones y deseos de las comunidades anfitrionas o locales.
El Patrimonio natural y cultural, la diversidad y las culturas vivas constituyen los máximos atractivos del Turismo. El Turismo excesivo o mal gestionado con cortedad de miras, así como el turismo considerado como simple crecimiento, pueden poner en peligro la naturaleza física del Patrimonio natural y cultural, su integridad y sus características identificatorias. El entorno ecológico, la cultura y los estilos de vida de las comunidades anfitrionas, se pueden degradar al mismo tiempo que la propia experiencias del visitantes.
El turismo debería aportar beneficios a la comunidad anfitriona y proporcionar importantes medios y motivaciones para cuidar y mantener su Patrimonio y sus tradiciones vivas. Con el compromiso y la cooperación entre los representantes locales y/o de las comunidades indígenas, los conservacionistas, los operadores turísticos, los propietarios, los responsables políticos, los responsables de elaborar planes nacionales de desarrollo y los gestores de los sitios, se puede llegar a una industria sostenible del Turismo y aumentar la protección sobre los recursos del Patrimonio en beneficio de las futuras generaciones.
En cuanto autor de esta Carta, ICOMOS, Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, se compromete con este desafío en unión con otras organizaciones internacionales y con la industria del Turismo.

Objetivos de la Carta

Los objetivos de la Carta Internacional de Turismo Cultural, son: • Facilitar y animar a cuantos están involucrados en la gestión y conservación del Patrimonio para que transmitan su importancia tanto a la comunidad anfitriona como a los visitantes. • Facilitar y animar a la industria del Turismo para que éste se promueva y gestione con la finalidad de respetar y acrecentar el Patrimonio y las culturas vivas de las comunidades anfitrionas. • Facilitar y animar al diálogo entre los intereses de la conservación del Patrimonio y los intereses de la industria del Turismo, acerca de la importancia y frágil naturaleza de los sitios con Patrimonio, sus variados objetos y sus culturas vivas, incluyendo la necesidad de lograr un desarrollo sostenible para ambos. • Animar a las partes interesadas para formular planes y políticas concretas de desarrollo, objetivos mensurables y estrategias para la presentación e interpretación de los sitios con Patrimonio y sus actividades culturales para su defensa y conservación.
Además, • La Carta apoya otras iniciativas abiertas por ICOMOS, por otras instituciones internacionales y por la industria del Turismo para mantener la integridad del Patrimonio, su gestión y su conservación. • La Carta anima al compromiso entre todos aquellos que tengan intereses relevantes o intereses ocasionalmente en conflicto, responsabilidades y obligaciones, para que se esfuercen en poner de acuerdo sus objetivos. • La Carta anima a que las partes interesadas formulen pautas detalladas que faciliten la puesta en práctica de los Principios de esta Carta, de acuerdo con las peculiares circunstancias de cada una de ellas, o según las exigencias planteadas por las comunidades u organizaciones pertinentes.

PRINCIPIOS DE LA CARTA DE TURISMO CULTURAL

Principio 1

Desde que el Turismo nacional e internacional se ha convertido en uno de los más importantes vehículos para el intercambio cultural, su conservación debería proporcionar oportunidades responsables y bien gestionadas a los integrantes de la comunidad anfitriona así como proporcionar a los visitantes la experimentación y comprensión inmediatas de la cultura y patrimonio de esa comunidad.
1.1 El Patrimonio natural y cultural es al mismo tiempo un recurso material y espiritual y ofrece una perspectiva de desarrollo histórico. Desempeña un papel importante en la vida moderna y el público en general debería tener acceso tanto físico como intelectual y/o emotivo a este Patrimonio. Los programas para la protección y conservación del patrimonio natural y cultural en sus características físicas, en sus valores intangibles, expresiones culturales contemporáneas y sus variados contextos, deberían facilitar a la comunidad anfitriona y al visitante, de un modo equilibrado y agradable, la comprensión y el aprecio de los significados de este Patrimonio.
1.2 Los aspectos individualizados del patrimonio natural y cultural tienen diversos niveles de significación, algunos de valor universal, otros de importancia nacional, regional o local. Los programas de interpretación deberían presentar estos significados de manera relevante y accesible para la comunidad anfitriona y para el visitante, usando métodos apropiados, atractivos y actuales en materia de educación, medios informativos, tecnología y desarrollo personal, proporcionando información histórica, cultural, además de información sobre el entorno físico.
1.3 La interpretación y presentación de los programas debería proporcionar un alto nivel de conciencia pública y el soporte necesario para la supervivencia del Patrimonio natural y cultural a largo plazo.
1.4 Los programas de interpretación deberían proporcionar el significado de los sitios del Patrimonio y de sus tradiciones y prácticas culturales así como ofrecer sus actividades dentro del marco tanto de la experiencia del pasado como de la actual diversidad cultural de la comunidad anfitriona y de su región, sin olvidar las minorías culturales o grupos lingüísticos. El visitante debería siempre estar informado acerca de la diversidad de los valores culturales que pueden adscribirse a los distintos bienes patrimoniales.

Principio 2

La relación entre los sitios con Patrimonio y el Turismo, es una relación dinámica y puede implicar valoraciones encontradas. Esta relación debería gestionarse de modo sostenible para la actual y para las futuras generaciones. 2.1 Los sitios con Patrimonio tienen un valor intrínseco para todo el mundo por constituir la base de la diversidad cultural y del desarrollo social. La protección y conservación a largo plazo de las culturas vivas, de los sitios con Patrimonio, de sus variados objetos, de su integridad física y ecológica y de su contexto medioambiental, debería ser un componente esencial en el desarrollo de las políticas sociales, económicas, políticas, culturales y turísticas.
2.2 La interacción entre los recursos o valores del Patrimonio y el Turismo es dinámica y está en continuo cambio, generando para ambos oportunidades y desafíos así como potenciales situaciones conflictivas. Los proyectos turísticos, sus actividades y su desarrollo, deberían conseguir resultados positivos y minimizar los impactos negativos para el Patrimonio y para los modos de vida de la comunidad anfitriona, al mismo tiempo que deberían responder a las necesidades y expectativas del visitante.
2.3 La conservación, la interpretación y los programas de desarrollo turístico deberían basarse en la diáfana comprensión de los aspectos específicos y significativos del Patrimonio en cada sitio en particular, a menudo complejos y conflictivos. Es importante la continua investigación y el asesoramiento para lograr una permanente comprensión y aprecio de estos significados.
2.4 Es importante conservar la autenticidad de los sitios del Patrimonio y de la variedad de sus objetos. La autenticidad constituye un elemento esencial del significado cultural expresado a través de los materiales físicos, del legado de la memoria y de las tradiciones intangibles que perduran del pasado. Los programas deberían presentar e interpretar la autenticidad de los sitios y de sus experiencias culturales para mejorar el aprecio y la comprensión del patrimonio cultural.
2.5 Los proyectos e infraestructuras y los proyectos para el desarrollo turístico deberían tomar en cuenta la dimensión social, estética y cultural, los paisajes naturales y culturales, las características de su biodiversidad, así como los amplios contextos visuales de los sitios con Patrimonio. Deberían utilizarse preferentemente los materiales propios de cada localidad y tomar en cuenta los estilos de la arquitectura local y de la tradición vernacular.
2.6 Antes de que un creciente turismo promueva o desarrolle sitios con Patrimonio, los planes de gestión deberían sopesar los valores naturales y culturales de estos recursos. Los planes de desarrollo deberían establecer límites adecuados para que el cambio sea asumible, sobre todo en relación al impacto que un excesivo número de visitantes puede producir en las características físicas del Patrimonio, en su integridad ecológica, en la diversidad del Sitio, en los sistemas de transporte y acceso y en el bienestar social, económico y cultural de la comunidad anfitriona. Si el previsible nivel de cambio es inaceptable, deberían modificarse los planes de desarrollo que se propongan.
2.7 Deberían elaborarse programas de evaluación continua para valorar los impactos progresivos de las actividades turísticas y de los planes de desarrollo en cada Sitio o comunidad.

Principio 3

La Planificación de la conservación y del turismo en los Sitios con Patrimonio, debería garantizar que la Experiencia del Visitante le merezca la pena y le sea satisfactoria y agradable.
3.1 Los programas de Conservación del Patrimonio y los del Turismo, deberían ofrecer contenidos de máxima calidad para optimizar la comprensión del visitante a cerca de las características significativas del Patrimonio y la necesidad de su protección, haciéndole capaz de disfrutar adecuadamente de su visita.
3.2 Los visitantes deberían poder experimentar los sitios con Patrimonio de modo tranquilo y a su propio ritmo, si éste es su deseo. De todos modos, pueden ser necesarios itinerarios especiales de circulación de visitantes para minimizar los impactos sobre la integridad y constitución física del Sitio y de sus características naturales o culturales.
3.3 El carácter sagrado de los sitios con significación espiritual así como sus prácticas y tradiciones, constituyen un importante punto de reflexión para los gestores de los sitios, los visitantes, los legisladores, los planificadores y los operadores turísticos, Se debe animar a los visitantes para que se comporten como huéspedes bienvenidos, respetando los valores y el estilo de vida de la comunidad anfitriona, rechazando el producto de posibles robos o el comercio ilícito de propiedades culturales, comportándose de manera que inciten a ser nuevamente bienvenidos si alguna vez regresan.
3.4 La planificación de actividades turísticas debería ofrecer al visitante posibilidades adecuadas de confort, seguridad y de sentirse a gusto, de modo que aumente el disfrute de la visita sin impacto negativo para las características significativas o ecológicas del sitio.

Principio 4

Las comunidades anfitrionas y los pueblos indígenas deberían involucrarse en la planificación de la conservación del Patrimonio y en la planificación del Turismo.
4.1. Deberían respetarse los derechos e intereses de la comunidad anfitriona, local y regional, así como a los propietarios y a los pueblos indígenas implicados que ejercen derechos o responsabilidades tradicionales sobre su propio territorio y sitios significativos. Todos ellos deberían involucrarse en el proceso de establecer objetivos, estrategias, políticas y métodos para la identificación, conservación, gestión, presentación e interpretación de sus propios recursos patrimoniales, de sus prácticas culturales y de sus actuales expresiones culturales, dentro del contexto turístico.
4.2 Cuando el Patrimonio de un Sitio o región concretos pueda tener una dimensión universal, deberían respetarse las necesidades y los deseos de las diversas comunidades o pueblos indígenas para restringir o administrar la región y el acceso físico, espiritual o intelectual a determinadas prácticas culturales, conocimientos, creencias, actividades, objetos o lugares.

Principio 5

Las actividades del Turismo y de la conservación del Patrimonio deberían beneficiar a la comunidad anfitriona.
5.1. Los legisladores deberían promover medidas para una equitativa distribución de los beneficios del Turismo de modo que éstos sean repartidos entre los diversos países o regiones, aumentando los niveles de desarrollo económico y contribuyendo a erradicar la pobreza cuando así sea necesario.
5.2 La gestión de la conservación del patrimonio y de las actividades turísticas debería proporcionar beneficios equitativos de carácter económico, social y cultural a los hombres y mujeres de la comunidad anfitriona, a todos los niveles, a través de la educación, la formación y la creación de oportunidades de empleo a tiempo completo.
5.3. Una parte significativa de la renta proveniente de los programas turísticos en Sitios con Patrimonio, debería dedicarse a la protección, conservación y presentación de los propios Sitios, incluyendo sus contextos naturales y culturales. Cuando así sea posible, los visitantes deberían ser informados acerca de esta distribución de la renta.
5.4 Los programas turísticos deberían alentar la formación de los intérpretes y guías del Sitio provenientes de la propia comunidad anfitriona, para aumentar la capacidad de la población local en la presentación e interpretación de sus propios valores culturales.
5.5 Los programas educativos y de interpretación del Patrimonio entre las personas de la comunidad anfitriona deberían involucrar a los interpretes locales. Los programas deberían promover el conocimiento y el respeto de su patrimonio, animando a los hombres y mujeres de la comunidad a interesarse en el cuidado y la conservación del mismo.
5.6 La gestión de la conservación del Patrimonio y de los programas de Turismo debería incluir la educación y posibilidades de formación para los legisladores, planificadores, investigadores, diseñadores, arquitectos, intérpretes, conservadores y operadores turísticos. Los participantes en estos programas de formación deberían ser incitados para comprender y ayudar a resolver los puntos de vista, a menudo conflictos, y los problemas a los que se enfrentan el resto de sus colegas.

Principio 6

Los programas de promoción del Turismo deberían proteger y ensalzar las características del Patrimonio natural y cultural.
6.1 Los programas de promoción del Turismo deberían producir expectativas reales e información responsable en los visitantes potenciales, acerca de la cultura específica y de las características patrimoniales del Sitio o de la comunidad.
6.2 Los Sitios y las colecciones de diversos objetos de significación patrimonial deberían promocionarse y gestionarse de modo que se proteja su autenticidad y aumente la vivencia del visitante, diluyendo los flujos de visita pública en las llegadas al Sitio y evitando el excesivo número de visitantes al mismo tiempo.
6.3 Los programas de promoción del Turismo deberían proporcionar correcta distribución de beneficios y amortiguar la presión sobre los Sitios más visitados animando al visitante a experimentar otros diversos aspectos del patrimonio cultural y natural de la región o localidad.
6.4 La promoción, distribución y venta de recuerdos locales y otros productos deberían ofrecer una razonable contrapartida social y económica a la localidad anfitriona y asegurar al mismo tiempo que no se degrada su propia integridad cultural.

CARTA INTERNACIONAL PARA LA CONSERVACIÓN DE LAS CIUDADES Y ÁREAS URBANAS HISTÓRICAS

Adoptada por ICOMOS en octubre de 1987 en Washington.

PREÁMBULO. DEFINICIÓN

Todos las ciudades del mundo, al ser el resultado de un proceso de desarrollo más o menos espontáneo o de un proyecto deliberado, son la expresión material de la diversidad de las sociedades a lo largo de su historia y son por lo tanto todas históricas.
La presente Carta concierne más particularmente a las áreas urbanas históricas, a las ciudades grandes o pequeñas ya los centros o barrios históricos, con su entorno natural o construido, que además de su calidad de documentos históricos son la expresión de los valores propios de las civilizaciones urbanas tradicionales.
Actualmente éstos están amenazados por la degradación, la desestructuración, el deterioro y aun la destrucción bajo los efectos del urbanismo nacido en la era industrial que alcanza universalmente a todas las sociedades.
Frente a esta situación, a menudo dramática, que provoca pérdidas irreversibles de carácter cultural y social, e incluso económico, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) ha juzgado necesario redactar una “Carta Internacional para la Conservación de las Ciudades y Áreas Urbanas Históricas”.
Complementario de la “Carta Internacional para la Conservación y la Restauración de los Monumentos y los Sitios” (Venecia, 1964), este nuevo texto define los principios y objetivos, los métodos e instrumentos de actuación apropiados para conservar la calidad de las ciudades históricas y favorecer la armonía entre la vida individual y colectiva, perpetuando el conjunto de los bienes, por modestos que sean, que constituyen la memoria de la Humanidad.
Como en el texto de la Recomendación de la UNESCO relativa a la salvaguarda de los conjuntos históricos y tradicionales y su función en la vida contemporánea (Varsovia- Nairobi 1976), así como en otros documentos internacionales, se entiende aquí por salvaguardia de las ciudades históricas, las medidas necesarias para su protección, conservación y restauración, así como para su desarrollo coherente y su adaptación armónica a la vida contemporánea.

PRINCIPIOS Y OBJETIVOS

ARTÍCULO 1La conservación de ciudades y áreas urbanas históricas sólo puede ser eficaz si se la integra en una política coherente de desarrollo económico y social, y si se la toma en consideración en el planeamiento territorial y urbano en todos sus niveles.
ARTÍCULO 2Los valores a preservar son el carácter histórico de la ciudad o conjunto y la suma de elementos materiales o espirituales que determinan su imagen, especialmente:
a) la forma urbana definida por la trama y el sistema parcelario
b) la relación entre los diversos espacios urbanos : construidos, libres y verdes
c) la forma y el aspecto de los edificios, interior y exterior, definidos a través de su estructura, volumen, estilo, escala, materiales, color y decoración;
d) las relaciones entre la ciudad y su entorno, natural o creado por el hombre;
e) las vocaciones diversas de la ciudad adquiridas a lo largo de su historia.
Todo ataque a estos valores comprometería la autenticidad de la ciudad histórica.
ARTÍCULO 3La participación y el compromiso de los habitantes de toda la ciudad son indispensables para llevar a cabo la conservación con éxito. Deben por lo tanto ser promovidos bajo cualquier circunstancia y favorecidos por la necesaria toma de conciencia de todas las generaciones. No debe olvidarse jamás que la salvaguardia de las ciudades y áreas urbanas históricas concierne en primer lugar a sus habitantes.
ARTÍCULO 4Las intervenciones en un barrio o en una ciudad histórica deben realizarse con prudencia, método y rigor, evitando todo dogmatismo pero teniendo en cuenta los problemas específicos de cada caso particular.

MÉTODOS E INSTRUMENTOS

ARTÍCULO 5La planificación de la conservación de las ciudades y barrios históricos debe ser precedida por estudios pluridisciplinarios.
El plan de conservación debe comprender un análisis de datos, particularmente arqueológicos, históricos, arquitectónicos, técnicos, sociológicos y económicos. Debe definir las principales orientaciones y modalidades de las acciones que han de llevarse a cabo en el plano jurídico, administrativo y financiero. El plan debe determinar los edificios o grupos de edificios que deben protegerse particularmente, conservar en ciertas condiciones o los que, en circunstancias excepcionales, pueden destruirse. El estado de los sitios antes de la intervención será rigurosamente documentado. El plan deberá contar con la adhesión de los habitantes.
ARTÍCULO 6Entre tanto se adopte un plan de protección deben tomarse las acciones necesarias para la conservación, en el marco del respeto de los principios de la presente Carta y de la Carta de Venecia.
ARTÍCULO 7La conservación de las ciudades y áreas urbanas históricas implica su permanente mantenimiento.
ARTÍCULO 8Las nuevas funciones y las redes de infraestructura exigidas por la vida contemporánea deben estar adaptadas a las características específicas de las ciudades históricas.
ARTÍCULO 9El mejoramiento del hábitat debe constituir uno de los objetivos fundamentales de la conservación.
ARTÍCULO 10En el caso de ser necesario transformar los edificios o construir otros nuevos, todo agregado deberá respetar la organización espacial existente, particularmente su parcelamiento, volumen y escala así como el carácter general impuesto por la calidad y el valor del conjunto de construcciones existentes. La introducción de elementos de carácter contemporáneo, bajo reserva de que no perturbe la armonía del conjunto, no debe ser desalentada ya que puede contribuir a su enriquecimiento.
ARTÍCULO 11Es importante contribuir a un mejor conocimiento del pasado de las ciudades históricas, promoviendo las investigaciones arqueológicas y la adecuada presentación de sus hallazgos, sin perturbar la organización general del tejido urbano.
ARTÍCULO 12La circulación de vehículos debe ser estrictamente reglamentada en el interior de las ciudades o de los barrios históricos. Las áreas de estacionamiento deberán disponerse de modo que no degraden el aspecto o el entorno de los mismos.
ARTÍCULO 13Las grandes redes viales, previstas en el marco del planeamiento territorial, no deberán penetrar en el interior de las ciudades históricas, sino solamente facilitar el acceso a las mismas.
ARTÍCULO 14En las ciudades y áreas urbanas históricas se han de adoptar medidas preventivas contra las catástrofes naturales y las diversas perturbaciones (especialmente la contaminación y las vibraciones), tanto para la conservación de su patrimonio como para la seguridad y bienestar de sus habitantes. Los medios empleados para prevenir o reparar los daños ocasionados deben adaptarse al carácter específico de los bienes que deben conservarse.
ARTÍCULO 15Con miras a asegurar la participación y el compromiso de los habitantes debe implementarse un programa de información general que comience en la edad escolar. La acción de las asociaciones de protección debe apoyarse y es necesario tomar las medidas financieras tendientes a facilitar la conservación y la restauración.
ARTÍCULO 16La conservación exige la formación especializada de los diferentes profesionales involucrados.

CARTA DE BRASILIA

Documento Regional del Cono Sur sobre AutenticidadArgentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay

Introducción

Los miembros de los países del Cono Sur sentimos la necesidad de plantear el tema de la autenticidad desde nuestra peculiar realidad regional, que difiere de la de los países europeos u orientales con una larga tradición como naciones, dado que nuestra identidad sufrió cambios, imposiciones, transformaciones, que generaron dos procesos complementarios: la conformación de una cultura sincrética y de una cultura de resistencia.
Si partimos de que la actividad humana de conformar el ambiente que nos rodea ha sido caracterizada, algunas veces, como la imagen de la realidad de una sociedad expresada a través de bienes tangibles e intangibles, deberíamos comenzar por analizar nuestros modos de organizar esas imágenes.
Verificamos de inmediato que, en ese proceso, siempre operamos en dos direcciones básicas : la identidad y la diferencia. Así ordenamos e interpretamos nuestras acciones sobre la naturaleza y la sociedad. Sembramos nuestros cultivos, construimos nuestras casas, nuestras ciudades, nuestros paisajes ; escribimos nuestros libros, pintamos nuestros cuadros. A cada una de ellas le asignamos un significado y un valor y, de ese modo, vamos conformando nuestra cultura, entendida como el conjunto de acciones creativas de una sociedad. Así vamos atesorando nuestro patrimonio cultural.

Autenticidad e Identidad

Decía Juan Bautista Alberdi, a mediados del siglo pasado : “Seguir el desarrollo es adquirir una civilización propia, aunque imperfecta, y no copiar las civilizaciones extranjeras, aunque adelantadas. Cada pueblo debe ser su edad y su suelo, cada pueblo debe ser él mismo...”
En el caso de nuestros pueblos latinoamericanos, y más específicamente, de los que conforman el Cono Sur, es posible distinguir varias herencias. La primera deriva de las culturas precolombinas, es el aporte indígena ; la segunda, es el legado europeo inicial ; la tercera fue la criolla y la mestiza, a la que se suma el aporte africano y, finalmente, la cuarta, con el legado de la diversas inmigraciones iniciadas a fines del último siglo (siglo XX).
Estas herencias, como nuestros genes, están siempre presentes en forma de cosmovisiones o valores, aunque solo tratemos de exaltar una p alguna de ellas en desmedro de las demás. Debemos tomar conciencia de todas ellas, conquistar con esfuerzo su comprensión, su conocimiento, su aceptación.
La autenticidad de esos valores se manifiesta, se apoya y se conserva en la veracidad de los patrimonios que recibimos y que legamos. Con ello, estamos afirmando que ese grado de autenticidad que presupone cada legado debe ser dimensionado en función de esas herencias.
La identidad la entendemos como forma de pertenencia y de participación. Por eso, somos capaces de encontrar nuestro lugar, nuestro nombre o nuestra figura, no por oposición, sino porque descubrimos vínculos reales que nos atan al destino de las personas con las que compartimos una misma cultura.
Lo anterior nos lleva a plantear algunas preguntas que debemos responder : ¿a dónde pertenecemos y de qué participamos ? Es así que, la pregunta sobre la pertenencia nos enfrenta a la búsqueda de la identidad histórica, a la valoración de la tradición cultural de nuestros pueblos, los que se enfrentan en forma indisoluble a una doble pertenencia que viene, sin duda alguna, a hacer aún más compleja la búsqueda de la propia identidad.
El tema de la Autenticidad pasa entonces por el de la Identidad, que es cambiante y dinámica y que puede adaptar, valorizar, desvalorizar y revalorizar los aspectos formales y los contenidos simbólicos de nuestros patrimonios. En un mismo país no existe una única identidad y pueden existir identidades que entran en conflicto. Las identidades nacionales en continuo proceso de conformación, hace que no se puedan establecer criterios únicos e invariables para lo “auténtico”.
Se debe caracterizar la composición diversificada de la identidad de nuestros países, que no es jerárquicamente inferior a la homogeneidad de otras culturas.
Tenemos que reconocer los valores de las mayorías y de las minorías ; no solo los de las culturas dominantes, sino también los de las formas de resistir a esas fuerzas. Las diversas vertientes que integran una sociedad presentan lecturas diferentes de tiempo y de lugar igualmente válidas, que deben ser consideradas en el momento de juzgar la autenticidad.

Autenticidad y Mensaje

El significado de la palabra autenticidad está íntimamente ligado a la idea de verdad ; es auténtico aquello que es verdadero, que se da por cierto, que no ofrece dudas. Los edificios y sitios son objetos materiales, portadores de un mensaje o argumento cuya validez, en el marco de un contexto social y cultural determinado y de su comprensión y aceptación por parte de la comunidad, los convierte en patrimonio. Podríamos decir, en base a este principio, que nos hallamos ante un bien auténtico cuando existe correspondencia entre el objeto material y su significado.

Carta de Ename sobre la Interpretación de los Lugares con Valor Patrimonial

PREÁMBULO
Al igual que la carta de Venecia estableció el principio de que la protección de los vestigios materiales de un lugar con valor histórico cultural es esencial para su conservación, hoy en día es ampliamente reconocido por muchos profesionales y otros sujetos involucrados en este campo que la interpretación - es decir, la transmisión del completo significado, así como de los múltiples sentidos y valores de los lugares pertenecientes al patrimonio cultural - es también parte integrante del proceso de conservación.
Si bien un número considerable de cartas, declaraciones y directrices internacionales han subrayado la importancia de una interpretación eficaz y hecha con la necesaria sensibilidad, ninguna de ellas ha definido las pautas y principios básicos para llevarla a cabo.
Por tanto, el objetivo de la Carta de ICOMOS, llamada de Ename, es destacar la función esencial de la interpretación en el marco de la conservación del patrimonio. Esta Carta versa sobre los principios universales de la ética profesional, la autenticidad, la integridad intelectual y la responsabilidad social, así como sobre el respeto y la sensibilización hacia el significado de lo local y su valor cultural, singular e irrepetible.
Esta Carta también trata de impulsar una amplia apreciación por parte del público de los lugares que poseen patrimonio cultural, tanto como centros de aprendizaje y reflexión sobre el pasado, como por constituir, en sí mismos, una fuente local de recursos vitales para el desarrollo estable de una comunidad.
CONCEPTOS
Interpretación es aquella explicación o presentación pública, cuidadosamente planeada, que aborda el completo significado de un lugar con patrimonio cultural, tanto tangible como intangible. Los apoyos multimedia para su interpretación pueden abarcar desde carteles con textos explicativos hasta profesionales que actúen como guías e intérpretes culturales, e incluso sofisticadas aplicaciones de la realidad virtual; pero, sea cual fuere el medio específicamente seleccionado, deberá proporcionar una información sobre el lugar que no resultaría disponible de otro modo. La interpretación debe extenderse, de forma combinada, al tratamiento dado al componente material del lugar, así como a su uso y a las actividades relacionadas con el mismo, con información explicativa sobre las tareas de investigación y las colecciones.
Infraestructura Interpretativa: Se refiere a todas las instalaciones de carácter material relacionadas con la interpretación de un lugar con valor histórico patrimonial. Estos equipamientos pueden incluir medios para facilitar el acceso físico, espacios para la recepción de visitantes y actividades educativas, así como servicios y material de apoyo a la interpretación, tanto dentro como fuera del lugar.
OBJETIVOS DE LA CARTA DE ENAME (A SER ADOPTADA POR ICOMOS )
La Carta de Ename (propuesta para su adopción formal por ICOMOS) pretende establecer unos principios éticos y profesionales para la interpretación del patrimonio por parte de la sociedad, a fin de:
Facilitar al público una comprensión más profunda y generalizada de los lugares con valor patrimonial, y fomentar la conciencia social sobre la necesidad de su conservación.
Proteger la autenticidad y el significado de los lugares patrimoniales a través del respeto a los vestigios materiales originales y su emplazamiento natural y cultural, así como mediante la reversibilidad de las infraestructuras interpretativas y los servicios de acogida a los visitantes.
Dar a conocer los lugares patrimoniales en su más amplio contexto y en las diferentes vertientes que atañen a su significado, tanto de naturaleza tangible como intangible, desde lo local y particular hasta lo universal y general.
Coordinar la presentación de evidencias científicas, debidamente documentadas, sobre los lugares de valor patrimonial, con el reconocimiento de las tradiciones culturales y valores espirituales de la localidad y el respeto hacia los mismos.
Contribuir a la conservación perdurable de los lugares con valor patrimonial, potenciar la calidad de vida de las comunidades receptoras de los visitantes, y fomentar su positiva incorporación al proceso de interpretación.
Mejorar y desarrollar una tecnología y unas técnicas aplicadas a la interpretación del patrimonio que sean adecuadas y viables dentro de su respectivo contexto social, y establecer pautas para la formación profesional.
Reconocer que la interpretación eficaz de los lugares con valor patrimonial en todo el mundo es un instrumento substancial para el intercambio cultural.
PRINCIPIOS DE LA CARTA DE ENAME (PROPUESTA PARA SU ADOPCION FORMAL POR ICOMOS) PARA LA INTERPRETACION.
Principio 1 Comprensión y difusión
La apreciación del patrimonio cultural es un derecho universal. La transmisión de su significado debe ser tan amplia como resulte posible, mediante una interpretación eficaz y mantenida de forma estable, adaptada a un vasto espectro de visitantes y grupos interesados.
La interpretación debe estar dirigida a aumentar la comprensión, por parte del visitante, del patrimonio cultural propio del lugar y la necesidad de conservarlo.
La interpretación debe tratar de estimular a los visitantes a reflexionar sobre sus propias percepciones del pasado y sus relaciones con el lugar. Una interpretación eficaz debe evocar emociones y hechos e inspirar su análisis introspectivo.
La interpretación destinada al público es parte integrante del proceso de conservación. De ser posible, este hecho debe plasmarse en una normativa adecuada y la asignación de partidas presupuestarias para programas de interpretación en todo proyecto público relativo al patrimonio.
En los programas de interpretación del patrimonio debe facilitarse y fomentarse la implicación de las comunidades locales y demás sectores interesados.
La posibilidad de apreciar el patrimonio de cualquier lugar o región en un marco idóneo y respetuoso con la sensibilidad cultural que entraña, es un derecho universal que ha de ser respetado.
Allí donde fuera necesario, no deben escatimarse esfuerzos para asegurar que la interpretación del patrimonio resulte accesible a todos los sectores de población, incluyendo a las personas que sufren discapacidades físicas y a los visitantes con otras necesidades especiales.
Principio 2 Evidencia
La interpretación de los lugares histórico-culturales debe basarse en evidencias científicas, sin excluir el debido respeto a otras tradiciones culturales con las que coexistan.
La interpretación deberá basarse en un estudio multidisciplinar del lugar y sus alrededores e indicar con claridad y veracidad donde comienzan las conjeturas, hipótesis o reflexiones de carácter filosófico. La meta de la interpretación es mostrar el elenco de datos históricos, tradiciones y significados atribuidos al lugar.
La documentación relativa a todos los elementos integrantes de un programa de interpretación debe reunirse y ponerse a disposición de los visitantes e investigadores. Dicha documentación consistirá en informes de contenido analítico y crítico, adecuados a las reglas y recursos locales, en los que se identificarán los fundamentos materiales e históricos de cada elemento empleado en el trabajo de interpretación.
El uso de figuraciones artísticas o de simulación informática deberá fundamentarse en un análisis detallado y sistemático de los restos existentes que incluya datos arqueológicos e históricos, el análisis de los materiales de construcción, los criterios de ingeniería de estructuras, las fuentes escritas y la iconografía. Dichas interpretaciones visuales son meras hipótesis figurativas, y deben ser consideradas como tales.
Las tradiciones culturales y los sentimientos históricos de carácter local forman parte del significado de un lugar con valor patrimonial histórico. La interpretación debe reconocer y respetar la coexistencia de valores científicos y culturales, ya que ambos pueden contribuir a que el visitante consiga una apreciación más rica y profunda del lugar.
Principio 3 Contexto y ubicación
La interpretación de los lugares con patrimonio cultural debe aludir a su más amplio contexto y marco socio cultural, histórico y natural.
El objetivo que persigue la interpretación es explorar el significado de un lugar histórico a través de las múltiples facetas de carácter histórico, social político, espiritual y artístico en las que se enmarca. Deben tenerse en cuenta todos los aspectos relacionados con el significado cultural del lugar y sus valores, sin resaltar el valor de cualquiera de ellos hasta el punto de excluir a los demás.
Es necesario que se respeten y transmitan las contribuciones de todas las épocas al sentido histórico de un monumento. Aunque se ponga énfasis en ciertas etapas o estilos, deben interpretarse todos los periodos, sean éstos más o menos tempranos o tardíos.
La interpretación debe referirse a todas las comunidades y grupos relacionados con la historia de un lugar perteneciente al patrimonio histórico cultural, incluidas las minorías, mujeres e inmigrantes, y no sólo a aquellos que formen parte de la cultura predominante.
La historia del paisaje circundante, el entorno natural y el marco geográfico, forman parte integrante del patrimonio construido y, como tal, deben tenerse en cuenta en la correspondiente interpretación de un lugar.
Los elementos patrimoniales intangibles de un lugar con valor patrimonial, tales como la gastronomía, la música, la danza, las tradiciones culturales y espirituales, la literatura y la función del entorno natural deben ser identificados e incluidos en su interpretación
El significado universal o intercultural de los lugares históricos debe formar parte de su interpretación, de tal forma que proporcione a sus visitantes y residentes un sentido de conexión personal.
De igual modo, aún cuando el patrimonio de un lugar específico, monumento, sitio o región, pueda tener un significado universal, deben tenerse en cuenta y respetarse las costumbres culturales, conocimientos, creencias, actividades y objetos sagrados de las comunidades locales.
Principio 4 Autenticidad
La interpretación de los lugares que forman parte del patrimonio cultural debe respetar su autenticidad y proteger la integridad de su estructura primigenia.
La interpretación debe contribuir a la conservación de la autenticidad de los lugares con patrimonio cultural, mediante la transmisión de su significado, sin recurrir a alteraciones irreversibles de su configuración primigenia.
La interpretación pública de un lugar histórico deberá hacer siempre evidente para el visitante cuáles son los materiales originales auténticos que perduran, e identificar claramente las recreaciones o reintegraciones posteriores de elementos desaparecidos. Los elementos propios de la infraestructura interpretativa que se superpongan a la fábrica original, no causarán daño a ésta podrán distinguirse fácilmente.
Si un programa de interpretación implicase la introducción de nuevos materiales, o cambios que afecten al marco físico en el que se asienta un lugar con valor patrimonial, dichas alteraciones deberán ser reversibles, pudiendo retirarse sin dejar huellas permanentes, para que la evidencia de la autenticidad de los materiales pueda ser reinterpretada en el futuro, de acuerdo con los cambios que puedan aportar los conocimientos y pruebas ulteriores.
La autenticidad constituye una preocupación primordial que atañe tanto a las comunidades humanas como a los restos de índole material. El diseño de un programa de interpretación del patrimonio deberá respetar y salvaguardar las funciones culturales tradicionales y asegurar la privacidad y dignidad de los habitantes locales.
Principio 5 Desarrollo equilibrado
La interpretación de los lugares con patrimonio cultural debe planearse minuciosamente y en armonía con su entorno natural y cultural. Entre las metas principales de cualquier proyecto de interpretación debe contemplarse el desarrollo equilibrado y coherente, desde el punto de vista social, económico y medioambiental.
La implantación y desarrollo de programas de interpretación debe ser parte integrante del plan global de gestión de un lugar con patrimonio cultural. Deberá considerarse en profundidad el impacto potencial de la afluencia de visitantes sobre su significado cultural, características físicas, integridad y entorno natural, así como el bienestar socioeconómico y cultural de la comunidad local.
En el proceso de planeamiento relativo a un lugar, deberán discutirse, desde la fase inicial, planes alternativos al programa de interpretación que permitan evaluar su viabilidad técnica y económica.
La escala, el costo y la tecnología de los programas de interpretación deben adecuarse a las condiciones propias del emplazamiento y a los servicios disponibles. Es esencial que la infraestructura interpretativa esté bien construida, cuidadosamente mantenida, y conservada en buen estado.
Los kioscos, sendas, paneles informativos, y cualquier otro soporte visible destinado a la interpretación deben ser respetuosos con las características del lugar y su entorno, sin dejar de ser fácilmente identificables. La luz y el sonido procedente de cabinas, pantallas y altavoces deberán circunscribirse al área de interpretación correspondiente, de tal forma que no afecten negativamente a los alrededores ni molesten a los vecinos de espacios circundantes. Puede resultar necesario establecer recorridos de interpretación fijos y determinados, a fin de reducir el impacto sobre la integridad espacial del lugar y su entramado físico.
Principio 6 Participación
La interpretación de los lugares con patrimonio cultural debe involucrar a todos los grupos y comunidades implicadas, recabando su activa participación.
En el desarrollo de un programa de interpretación de un lugar con patrimonio histórico cultural, deberán tenerse en cuenta el interés y la colaboración tanto de las autoridades públicas, los propietarios, gestores locales, estudiosos, operadores de turismo e inversores privados, como de la comunidad local, con el fin de conseguir un beneficio mutuo y equilibrado para todos ellos.
El aumento de las cifras de visitantes, o de los ingresos que éstos proporcionan, no podrá constituir el único criterio para determinar el éxito de un programa de interpretación. La interpretación debe estar al servicio de una amplia gama de objetivos culturales y educativos.
Deberán respetarse los derechos e intereses de la comunidad implicada, tanto en el ámbito local como regional, así como los de los propietarios, y los de aquellas comunidades a las que pudiera incumbir el ejercicio de derechos o responsabilidades de carácter consuetudinario sobre el lugar. Todos ellos deben ser contemplados dentro del proceso de planeamiento para asegurarse de que los programas de interpretación no entren en conflicto con las costumbres culturales actuales.
Las actividades de interpretación deben proporcionar beneficios económicos, sociales y culturales que favorezcan de forma equitativa a la comunidad local en todos sus ámbitos, a través de la educación, la formación profesional y el ofrecimiento de oportunidades para se desarrollo económico. Con este fin, se fomentará la formación y la creación de puestos de trabajo dedicados a la interpretación del patrimonio entre los habitantes de la localidad.
Todo programa de interpretación deberá considerarse como un recurso pedagógico y en su diseño se tendrá en cuenta su posible integración en el programa de estudios de las escuelas locales y en los de especiales actividades y eventos, así como la posibilidad de captar voluntarios para participar en programas y campañas de temporada.
La comunidad local deberá estar informada sobre las mejoras y novedades que se produzcan en la interpretación del patrimonio cultural de la localidad.
Principio 7 Investigación, educación y formación
La interpretación de un lugar con valor patrimonial entraña un desafío constante que requiere una labor continua de investigación, formación y evaluación.
La inauguración representa el principio, que no el fin, del proceso interpretativo. El programa de interpretación y su infraestructura se articularán de forma que permitan su continua actualización, ampliación y revisión. Las tareas permanentes de investigación y consulta son primordiales para avanzar en el entendimiento y la apreciación del significado de un lugar con valor histórico-cultural.
Es necesario disponer de programas de evaluación y seguimiento continuos para apreciar la reacción de los visitantes ante los programas de interpretación, así como para valorar el impacto material de su infraestructura y las repercusiones que esta actividad genera, tanto en el entramado histórico de cada lugar como en sus habitantes.
La formación de profesionales calificados en las diversas especialidades vinculadas con la interpretación del patrimonio, tales como restauración, diseño de contenidos, gestión, tecnología, guías de lugares históricos, y educación, constituye un objetivo esencial. Para ello, se deberán definir los planes de estudio oficiales. Igualmente, los programas académicos básicos de conservación del patrimonio deberán incluir en su temario una materia dedicada a la interpretación.
Se deberán organizar programas de formación y cursos para los profesionales del patrimonio y su interpretación, destinados a actualizar sus conocimientos e informales sobre los avances y novedades en dicho campo.
Las técnicas y tecnologías aplicables a la interpretación del patrimonio, se deben impulsar los intercambios periódicos de personal profesional, la cooperación en proyectos piloto, y el establecimiento de un foro internacional para el intercambio de información y experiencias sobre la interpretación del patrimonio.

Declaración de Xi'an sobre la conservación del entorno de las estructuras, sitios y áreas patrimoniales

Adoptada en Xi'an, China. 21 Octubre 2005. Versión final. 22-10-2005

Preámbulo


Reunidos, por invitación de ICOMOS China, en la ciudad histórica de Xi’an, del 17 al 21 de octubre de 2005, con ocasión de celebrarse la XV Asamblea General de ICOMOS, y coincidiendo con el cuadragésimo aniversario de este organismo, que ha contribuido a la salvaguarda y conservación del patrimonio cultural del mundo como parte del desarrollo sostenible y humano;
Habiendo enriquecido sus perspectivas merced a la gran variedad de ejemplos analizados y a las reflexiones compartidas durante el Simposio Científico de la Asamblea General, dedicado a Los Monumentos y los Sitios en su Entorno - Conservar el Patrimonio Cultural en las Ciudades y los Paisajes en Proceso de Cambio; y habiendo ampliado, gracias a las experiencias adquiridas en China, así como a través de autoridades, instituciones y especialistas de todo el mundo, los conocimientos sobre la adecuada protección y gestión de las estructuras, los sitios y las áreas patrimoniales, tales como las ciudades históricas, los paisajes - incluidos los marinos - los itinerarios culturales y los sitios arqueológicos, en un contexto de desarrollo y cambios acelerados;
Teniendo en cuenta el interés internacional y profesional existente respecto a la conservación del entorno de los monumentos y los sitios, tal como se refleja en la Carta Internacional para la Conservación y Restauración de los Monumentos y los Sitios- Carta de Venecia (1964)- y en los numerosos textos inspirados en ella, especialmente a través de los Comités Nacionales e Internacionales de ICOMOS, así como el Documento de Nara sobre la Autenticidad (1994) y las conclusiones y recomendaciones de reuniones internacionales como la Declaración de Hoi An sobre la Conservación de Distritos Históricos en Asia (2003), la Declaración sobre la Recuperación del Patrimonio Cultural de Bam (2004), y la Declaración de Seúl sobre el Turismo en las Ciudades y Áreas Históricas de Asia (2005);
Considerando las referencias al concepto de entorno en las convenciones y recomendaciones de la UNESCO como la Recomendación Relativa a la Salvaguarda de la Belleza y el Carácter de los Paisajes y los Sitios (1962), la Recomendación Relativa a la Conservación de los Bienes Culturales Amenazados por Obras Públicas o Privadas (1968), la Recomendación relativa a la Salvaguarda y al Papel Contemporáneo de las Áreas Históricas (1976), la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Intangible (2003), y, especialmente, la Convención del Patrimonio Cultural (1972) y sus Directrices, en las que el entorno se estima como un atributo de la autenticidad que requiere protección mediante la delimitación de zonas de respeto, así como la creciente oportunidad que ello proporciona para la cooperación internacional e interdisciplinaria entre ICOMOS, UNESCO, y otras entidades, y para el desarrollo de temas como la autenticidad o la conservación de paisajes urbanos históricos, según se refleja en el Memorandum de Viena (2005);
Subrayando la necesidad de responder de forma adecuada a la transformación rápida o gradual de las ciudades, los paisajes y los itinerarios patrimoniales, producida por los cambios en los modos de vida, en la agricultura, el desarrollo, el turismo o los grandes desastres naturales o provocados por el hombre, así como la necesidad de reconocer, proteger y mantener adecuadamente la presencia significativa de las estructuras, los sitios y las áreas patrimoniales en sus respectivos entornos, con el fin de disminuir la amenaza que representan éstos procesos de transformación contra el patrimonio cultural en toda la riqueza de su autenticidad, su significado, sus valores, su integridad y su diversidad
Los participantes en la XV Asamblea General de ICOMOS adoptan la siguiente Declaración de Principios y Recomendaciones, y la dirigen a las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, a las autoridades nacionales y locales, y a los especialistas que pueden contribuir, a través de la normativa, las medidas políticas, los procesos de planificación y la gestión, a una mejor protección y conservación de las estructuras, los sitios y las áreas patrimoniales del mundo dentro de sus respectivos entornos.

Reconocer la contribución del entorno al significado de los monumentos, los sitios y las áreas patrimoniales

1. El entorno de una estructura, un sitio o un área patrimonial se define como el medio característico, ya sea de naturaleza reducida o extensa, que forma parte de - o contribuye a - su significado y carácter distintivo.
Más allá de los aspectos físicos y visuales, el entorno supone una interacción con el ambiente natural; prácticas sociales o espirituales pasadas o presentes, costumbres, conocimientos tradicionales, usos o actividades, y otros aspectos del patrimonio cultural intangible, que crearon y formaron el espacio, así como el contexto actual y dinámico de índole cultural, social y económica.
2. Las estructuras, los sitios o las áreas patrimoniales de diferentes escalas, inclusive los edificios o espacios aislados, ciudades históricas o paisajes urbanos, rurales o marítimos, los itinerarios culturales o los sitios arqueológicos, reciben su significado y su carácter distintivo de la percepción de sus valores sociales, espirituales, históricos, artísticos, estéticos, naturales, científicos o de otra naturaleza cultural. E, igualmente, de su relaciones significativas con su medio cultural, físico, visual y espiritual.
Estas relaciones pueden ser el resultado de un acto creativo, consciente y planificado, de una creencia espiritual, de sucesos históricos, del uso, o de un proceso acumulativo y orgánico, surgido a través de las tradiciones culturales a lo largo del tiempo.

Comprender, documentar e interpretar los entornos en contextos diversos

3.-Comprender, documentar e interpretar los entornos es esencial para definir y valorar la importancia patrimonial de cualquier estructura, sitio o área.
La definición del entorno requiere comprender la historia, la evolución y el carácter de los alrededores del bien patrimonial. Se trata de un proceso que debe tener en cuenta múltiples factores que han de incluir la experiencia de aproximación al sitio y el propio bien patrimonial.
4. Incluir el entorno en la comprensión requiere una aproximación multidisciplinaria y la utilización de diversas fuentes de información.
Dichas fuentes incluyen fondos documentales y archivos, descripciones artísticas y científicas, historias orales y conocimientos tradicionales, los puntos de vista de las comunidades locales y de las relacionadas con el bien, así como un análisis de las perspectivas visuales. Las tradiciones culturales, los rituales, las prácticas espirituales y los conceptos, así como la historia, la topografía, los valores del medio natural, los usos y otros factores contribuyen a crear el conjunto de valores y dimensiones tangibles e intangibles del entorno. La definición del entorno debe conjugar armoniosamente su carácter, sus valores y su relación con el bien patrimonial.

Desarrollar instrumentos de planificación y prácticas para conservar y gestionar el entorno

5. El desarrollo de instrumentos normativos y de planeamiento eficaces, así
como de políticas, estrategias y prácticas para gestionar de forma sostenible el entorno, exige también una aplicación coherente y continuada de los mismos, y su adecuación a las particularidades locales y culturales.
Las herramientas de gestión del entorno comprenden medidas legislativas específicas, preparación profesional, desarrollo de planes o sistemas integrales de conservación y gestión, y la utilización de métodos idóneos de valoración del impacto patrimonial.
6. La legislación, la reglamentación y las directrices para la conservación, la protección y la gestión de las estructuras patrimoniales, los sitios y las áreas patrimoniales deben prever la delimitación de una zona de protección o respeto a su alrededor que refleje y contribuya a conservar el significado y el carácter distintivo del entorno.
7. Los instrumentos de planeamiento deben incluir medidas efectivas de control del impacto de los cambios rápidos o progresivos del entorno.
Las siluetas, las vistas y las distancias adecuadas entre cualquier nuevo proyecto público o privado y las estructuras, los sitios y las áreas patrimoniales, son factores fundamentales a tener en cuenta para evitar las distorsiones visuales y espaciales o los usos inadecuados en un entorno cargado de significado.
8. Deben llevarse a cabo valoraciones de impacto ambiental para cualquier proyecto que suponga un impacto en el significado de las estructuras, de los sitios y de las áreas patrimoniales, así como en su entorno.
El desarrollo dentro del entorno de las estructuras, los sitios y las áreas patrimoniales debe contribuir a interpretar positivamente su significado y su carácter distintivo.

El seguimiento y la gestión de los cambios que amenacen el entorno

9. La envergadura de los cambios y sus impactos, tanto aislados como de carácter acumulativo, así como la transformación del entorno de las estructuras, sitios y áreas de valor patrimonial, es un proceso continuo que requiere un seguimiento y una gestión.
La transformación rápida y progresiva de los paisajes rurales y urbanos, las formas de vida, los factores económicos, o el medio ambiente natural, pueden afectar de forma sustancial o irreversible a la auténtica contribución del entorno al significado de una estructura, un sitio o un área de valor patrimonial.
10. El cambio del entorno de las estructuras, los sitios y las áreas de valor patrimonial debe gestionarse de modo que se mantenga su significado cultural y su carácter distintivo.
Gestionar el cambio del entorno de las estructuras, los sitios y las áreas de valor patrimonial no significa necesariamente evitar u obstaculizar el cambio.
11. La gestión debe definir las formas y las acciones necesarias para valorar, medir, evitar o remediar la degradación, la pérdida de significado, o la reducción a lo trivial, y proponer mejoras para la conservación, la gestión y las actividades de interpretación.
Deben establecerse unos indicadores de índole cualitativa y cuantitativa que permitan valorar la contribución del entorno al significado de una estructura, un sitio o un área de carácter patrimonial.
Los indicadores propios de la gestión deben contemplar aspectos materiales tales como la distorsión visual, las siluetas, los espacios abiertos, y la contaminación ambiental y acústica, así como otras dimensiones de carácter económico, social y cultural.

Trabajar con las comunidades locales, interdisciplinarias e internacionales para la cooperación y el fomento de la conciencia social sobre la conservación y la gestión del entorno

12. La cooperación y el compromiso de las comunidades locales y de otras relacionadas con los bienes patrimoniales es fundamental para desarrollar estrategias sostenibles de conservación y gestión del entorno.
Debe estimularse el compromiso multidisciplinar como una práctica habitual de la conservación y la gestión del entorno. Entre las disciplinas necesarias al efecto se incluyen, por ejemplo, la Arquitectura, la Planificación Urbana, Regional y Paisajística, la Ingeniería, la Antropología, la Historia, la Arqueología, la Etnología, la Museología y la Archivística.
También debe fomentarse la cooperación con instituciones y especialistas del campo del patrimonio natural, como parte integrante de un buen método para la identificación, protección, presentación e interpretación de las estructuras, los sitios y las áreas patrimoniales en su entorno.
13. Debe fomentarse la capacitación profesional, la interpretación, la educación y la sensibilización de la población, para respaldar la antedicha cooperación y compartir los conocimientos, así como para favorecer las metas de la conservación e incrementar la eficacia de los instrumentos de protección, de los planes de gestión y de otros instrumentos.
La experiencia, el conocimiento y los instrumentos elaborados para la conservación singularizada de determinadas estructuras, sitios y áreas, deberían hacerse extensivos a la gestión de su entorno.
Deben dedicarse recursos económicos a la investigación, la valoración y la planificación estratégica de la conservación y la gestión del entorno de las estructuras, los sitios y las áreas de carácter patrimonial.
La toma de conciencia sobre el significado del entorno en sus diferentes dimensiones es una responsabilidad que incumbe a los profesionales, a las instituciones, a las comunidades locales y a otras relacionadas con los bienes patrimoniales, todos los cuales deberían tener en cuenta las dimensiones tangibles e intangibles del entorno a la hora de tomar decisiones.

Adoptada en Xi’an (China) el 21 de octubre de 2005.